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21 de diciembre de 2014

MERCY: entre aciertos y desaciertos





            Mercy (2014) es una película dirigida por Peter Cornwell (The Haunting in Connecticut) y basada en el cuento “Abuela” (“Gramma”) de Stephen King. Entre sus protagonistas, podemos destacar a Chandler Riggs (famoso por su interpretación de Carl en The Walking Dead) y Dylan McDermott (Ben Harmon en la primera temporada de American Horror Story).


- La historia

            Rebecca,  junto con sus hijos Buddy y George, se ve en la obligación de volver a su casa de la infancia para cuidar de Mercy, su madre, luego de que un ACV la dejara en una situación delicada y de que nadie la quisiera en el asilo en donde pasaba sus días. George, el menor de la familia, siempre se caracterizó por tener un vínculo estrecho con Mercy, hasta el punto de llamarla su mejor amiga. El cariño era recíproco, ya que Mercy nunca ocultó su predilección por el pequeño George. Ahora, en una casa aislada en medio de la nada, esta pequeña familia disfuncional tendrá que atender a una vieja que apenas puede moverse y balbucear algunas palabras y que, para colmo, tiene fama de bruja. Fama que, como bien pueden testimoniar sus hijos (Rebecca y sus hermanos, Lanning y Jinny), está muy lejos de ser un simple producto de las habladurías locales. De hecho, las cosas no tardarán en complicarse cuando el pasado oscuro de Mercy comience a salir a la luz y el demonio que la acompaña, y que responde al nombre de Hastur (fanáticos de Lovercraft, conténganse), empiece a reclamar lo que desea y cree que le corresponde. En ese momento, nadie estará a salvo, mucho menos Georgy.


- Algunos aciertos

            La película no es mala. Entretiene y nos cuenta una historia que nos mantendrá interesados sus casi 80 minutos de duración. Entre sus aciertos se encuentra la ambientación. Una casa aislada en el medio de un campo irregular, con montañas bajas y una soledad absoluta nos permite sentir que el mal, en su esencia más absoluta y arcaica, forma parte del mundo y que nosotros, los seres humanos, podemos ser sus entes receptores. Sólo basta con desearlo y estar dispuesto a aceptar sus condiciones.

En pocas palabras, podemos decir que Mercy es una película que trata sobre el pacto que el ser humano puede hacer con el mal con el fin de obtener lo que desea (tema que no carece de una amplia tradición). Por eso, vale la pena que nos preguntemos: ¿qué estaríamos dispuestos a perder para conseguir lo que queremos? La pregunta no es menor, ya que generalmente lo obtenido nunca está a la altura de lo deseado. Tal vez por eso la respuesta al deseo (en esta película pero también en la vida misma) siempre viene en forma de demonios.

La relación conflictiva y contradictoria entre el bien y el mal tiene, así, un lugar privilegiado en Mercy. Vemos cómo el mal está presente como si se tratara de una amarga compañía, mientras que el bien nos desconcierta con su aparente ausencia. Ese bien que es silencio, mientras que el mal es puro ruido, ya que grita para hacerse notar. Ese bien que busca conservar, a diferencia del mal, que da a mano abierta con el fin de reclamar después. Pero la cuestión no es tan sencilla, y llegamos a percibir que de la oscuridad puede nacer la luz, de la misma manera que las personas estarían dispuestas a las peores atrocidades en nombre del amor.

            Por otra parte, es interesante también ver cómo está tematizado el horror. Si bien se trata de una película que no da miedo, el horror está presente y nos hace pensar. En efecto, el personaje de Mercy encarna los distintos miedos a los que puede enfrentarse una persona. En ella, los horrores del infierno conviven con los horrores de la vejez y de la enfermedad. ¿Quién podría decir qué es más terrible e insoportable?


- Algunos desaciertos

            Con un guión no exento de altibajos y agujeros negros, en más de una ocasión podrán sentirse estafados ante resoluciones poco justificadas al mejor estilo deus ex machina. No obstante, la sensación que queda después de terminada la película no es amarga, por lo que estos puntos débiles no logran empañar del todo la experiencia de ver Mercy.


            Lo que sí puede empañarla es la comparación con el cuento original de Stephen King. “Abuela”, un relato de menos de 50 páginas, salió publicado originalmente en una revista en 1984 e incluido en el libro Skeleton Crew de 1985. En habla hispana se consigue en la compilación La expedición, publicada por Debolsillo, que no es más que una parte de Skeleton Crew y que incluye los cuentos “La expedición”, que da nombre al libro, “Abuela”, del que estamos hablando acá, “Superviviente” y “La balada del proyectil flexible”. En “Abuela”, entonces, la relación entre Goergy y Mercy no es más que un vínculo entre desconocidos, lo que hace que las sospechas que recaen sobre la anciana sean más contundentes y reales. Además, lo que en la película se distribuye en años de historia, en el cuento queda todo condensado en una sola escena. Por eso, invito a aquellos que disfrutan de la lectura a que le den prioridad al cuento por sobre la película. Después de todo, el tiempo que se tardará en leer “Abuela” no será muy diferente del que llevará ver Mercy.

Queda en ustedes.




Ficha técnica:
Título original: Mercy
Año: 2014
Duración: 79 min.
País: Estados Unidos
Director: Peter Cornwell
Guión: Matt Greenberg (Historia: Stephen King)
Fotografía: Byron Shah
Reparto: Dylan McDermott, Chandler Riggs, Mark Duplass, Frances O'Connor
Productora: Blumhouse Productions / Wonderland Sound and Vision



8 de diciembre de 2014

CRÓNICAS DEL MAL, de Alberto Ramponelli




Crónicas del mal (Muerde Muertos, 2014) es el octavo libro de Alberto Ramponelli. En él encontrarán un conjunto de crónicas policiales sobre casos resonantes que ocurrieron en Argentina en un lapso de tiempo que va desde 1914 hasta 1958. Combinando la investigación periodística (que incluyó visitas al Museo Forense de la Morgue Judicial y la búsqueda en artículos y documentos de la época) con la imaginación literaria, Ramponelli logra darle forma a estos hechos en que la muerte, obstinada y prepotente, se inmiscuye en la vida de los hombres. Por esto mismo, es importante señalar que Crónicas del mal no es un mero libro de crónicas en el que se reconstruyen historias desde una superficialidad dada por los datos recopilados. No, al contrario. Se trata de un libro de historias que, si bien parte y se nutre de lo acontecido, da un paso más hasta inmiscuirse en la naturaleza humana y en la esencia de la maldad.


- Una teorización del mal

            En el “Epílogo”, Alberto Ramponelli expone tres formas en que puede ser concebido el mal. Por un lado, el mal puede ser visto como algo que existe fuera del ser humano y que ingresa a él para cumplir con ciertos objetivos malignos. Una vez concretados esos objetivos, ese algo se va y pasa a ocupar (posesionar, podríamos decir) a otra persona. El ser humano no sería del todo responsable de sus actos, ya que se trataría de un mero objeto del mal. Eso explicaría por qué, al momento de cometer una atrocidad, muchos hombres reconocen no sentirse ellos mismos o, incluso, no recordar nada de lo sucedido. Como un cuchillo, un revolver o un hacha, el hombre, según esta concepción, sería un simple conductor del mal.

Por otro lado, también se puede ver al mal como parte de la naturaleza humana. En este caso, el mal no viene de afuera, sino que ya se encuentra adentro. En algunos hombres, esa parte sale a la luz produciendo consecuencias devastadoras; en otros, la mayoría, permanece reprimida y a buen recaudo. La responsabilidad de los hombres sería, de esta manera, difícil de determinar, ya que si bien lo que aflora a la superficie le pertenece, no es menos cierto que le pertenece a todos. ¿Se puede culpar a alguien por responder a un impulso que forma parte de él y que, en definitiva, no elige?

Y por último, hay una tercera concepción que combina las mencionadas anteriormente y que el autor relaciona con la idea del mal que defiende el cristianismo. Según esta corriente, el mal (representado por el Diablo) viene de afuera y trata de corromper al hombre, pero es éste quien decide lo que va a hacer. Así, hay un afuera y un adentro simultáneos. No hay dudas de que, según esta concepción, la responsabilidad del hombre es innegable, ya que él fue “creado” para tender al bien, y sólo su propia decisión (con la responsabilidad que conlleva) lo puede llevar al mal (no es, entonces, una coincidencia que el cristianismo haya desarrollado toda una concepción del juicio como acceso a una vida después de la muerte).

Ahora bien, a pesar de que Ramponelli en su “Epílogo” señala estas tres concepciones del mal, en las crónicas el narrador desarrolla una sola idea (coherente) de éste. En efecto, a lo largo de los distintos casos policiales podemos ver cómo los hombres involucrados se ven asaltados por el mal hasta el punto de convertirse en instrumentos de él, completamente ajenos a su destino. Por ejemplo, en “Una cuenta pendiente (año 1929)” se puede leer, con respecto a la acción del protagonista, que “No había premeditación en sus movimientos, simplemente respondía a impulsos que decidían por él, que ahora lo guiaban de vuelta a la pieza” (p. 68). Asimismo, vemos que María, la muchacha de “La estatuilla y la muerte (año 1954)”, actúa “como si no tuviera conciencia de sus actos” (p. 91). Y por último, aunque podríamos citar más ejemplos, el narrador se pregunta en “Un cuerpo diseminado por la ciudad (año 1955)”, y ante la sensación de inocencia del mismo asesino, “¿Qué o quién había matado entonces a Alcira, usándolo a él de medio, adoptando la encubierta forma de lo accidental?” (p. 104).

Al momento de cometer el crimen, entonces, los hombres actúan como si no fueran ellos mismos, como si el mal que se manifiesta en sus acciones tuviera una naturaleza propia que se vale de las personas para materializarse. Por esto mismo, podríamos incluir a Crónicas del mal dentro del género fantástico. Aquí el mal está vivo, y anda buscando personas.


- Conclusión

            Crónicas del mal es un libro ameno y escalofriante, de lectura sencilla pero de una profundidad imposible de medir. Con una prosa luminosa, Alberto Ramponelli invoca y narra la oscuridad. Vale la pena leerlo.



***

Sobre el autor: Alberto Ramponelli es autor de los libros Desde el lado de allá (cuentos, 1990), El último fuego (novela, 2001), Viene con la noche (novela, 2005), Una costumbre de Oceanía (cuentos, 2006), Apuntes para una biografía (novela, 2009), Gente rara (cuentos, 2011), Esperando a los tártaros (narrativa breve, poesía, teatro, 2013) y Crónicas del mal (casos policiales ficcionalizados, 2014). Es autor de la obra de teatro Laberintos (no te pierdas). Dirigió durante la década de los 90 la revista literaria Otras Puertas y obtuvo, entre otros premios, distinciones del Fondo Nacional de las Artes en novela en 1996 y 2008 y en cuento en 1998 y 2004. Fue, también, seleccionado para integrar la Antología de Cuento "50° Aniversario Fondo Nacional de las Artes" (2008). Finalista del Premio Clarín de Novela en el año 1998, dicta talleres literarios en la zona oeste desde mediados de los 80.


 - Ramponelli, Alberto. Crónicas del mal. Buenos Aires, Muerde Muertos, 2014.


2 de diciembre de 2014

MR MERCEDES, de Stephen King




–Ese hombre está roto –se limita a decir Hodges–. Y es malo. Como una manzana que parece sana por fuera, pero cuando la abres, está ennegrecida y llena de gusanos.
Stephen King, Mr. Mercedes.


Para una persona que vive para su trabajo, quedarse sin trabajo equivaldría, de alguna manera, a que quedarse sin vida. Esto es justamente lo que le ocurre a Bill Hodges, quien se retira como inspector de la policía después de más de cuarenta años de servicio. Por eso pasa las tardes y las noches sentado en su sillón mirando la televisión; por eso también, cada tanto, acaricia su revólver Smith & Wesson calibre 38 y, alguna que otra vez, se lo pone en la boca. Su vida, o la parte de ella que tenía sentido, se ha desvanecido, y una bala en su paladar no haría más que terminar algo que ya está terminado.

            Por lo menos hasta que llega una carta de Mr. Mercedes.

            Mr. Mercedes es un asesino que, después de atropellar a una multitud de personas (matando a ocho de ellas e hiriendo a muchas más) con un Mercedes Benz SL500 (de ahí su nombre), desaparece sin dejar rastros. Al término de una investigación infructuosa, Hodges se retira sin dar con la identidad del psicópata, por lo que la presencia de la carta, recibida 6 meses después de su jubilación, genera en él una respuesta contraria a la que esperaba aquel que la envió. En efecto, con la misiva, Mr. Mercedes pretendía convencer a Hodges de que, por fin, apretara el gatillo, pero lo que consigue es muy distinto: le da a un viejo y cansado policía retirado una nueva razón para seguir adelante. Y Bill lo hará. Seguirá adelante. Con la ayuda de varias personas, entre ellas Jerome, su vecino menor de edad, Bill Hodges emprenderá una búsqueda llena de pasos en falso que, más de una vez, hará que nos preguntemos quién es el perseguidor y quién el perseguido.

            Ésta es Mr. Mercedes, la última novela de Stephen King publicada en Argentina. A diferencia de lo que estamos acostumbrados a leer del maestro del horror, Mr. Mercedes es una novela policial con un argumento lineal y progresivo, apenas salpicado con unos pocos flashbacks que nos introducen en la vida y en la mente de Brady Hartsfield, el hombre detrás de Mr. Mercedes. El terror, en este caso, se nutre de lo real, de la misma manera en que los asesinos se nutren del aire que respiran y de la comida que ingieren. Lo monstruoso es lo humano. La única esperanza, lo humano también.

            Mr. Mercedes es una novela ideal para recomendar. De fácil lectura, entretenida y con un ritmo que dejará satisfecho hasta al más volátil de los lectores. Además, y para los que no leyeron nada de Stephen King, representa un camino a nuevas lecturas, ya que se trata de la primera entrega de una trilogía.

            Se acercan las vacaciones de verano, y Mr. Mercedes es una excelente opción para afrontar el calor, los cortes de luz y las horas vacías.


***
Sobre el autor: Stephen King nació en Maine (EE.UU.) en 1947. Estudió en la universidad de este Estado y después trabajó como profesor de literatura inglesa. Su primer éxito literario fue Carrie (1974), que, como muchas de sus novelas posteriores, fue adaptada al cine. Lleva escritas más de cuarenta novelas (entre las que se destacan Cementerio de animalesItThe Green MileUn saco de huesos y la saga La torre oscura, entre muchas otras) y doscientos relatos. En 2003 fue galardonado con el premio literario estadounidense de mayor prestigio, la medalla de The National Book Foundation for Distinguished Contribution to American Letters.



- King, Stephen. Mr. Mercedes. Buenos Aires, Plaza & Janés, 2014.



1 de diciembre de 2014

NECROFOBIA: el eterno retorno del miedo





El miedo es circular. Va y viene, vuelve sobre sí incansablemente, torturando y torturándose hasta la desesperación y la locura, locura que a su vez disuelve el tiempo, convirtiéndolo en lo que realmente es: un eterno presente que se escapa a toda cristalización progresiva. Necrofobia, de Daniel de la Vega, es una pequeña (por la humildad de recursos) gran obra de arte que logra, en apenas 80 minutos, poner en escena esta temática y desarrollarla en una historia original, atractiva y atrapante.

Dante Samot (Luis Machín) es un sastre que ve cómo su vida se desmorona después de encontrar a su hermano gemelo, Tomás, muerto por una sobredosis de pastillas antipsicóticas. Su ex mujer, Beatriz (Julieta Cardinali), se niega a volver con él al tiempo que demuestra tener una familiaridad poco profesional con Nicolás Virgilio (Raúl Taibo), el psiquiatra de la familia, relación de la que sólo el Padre Gustavo (Gerardo Romano), secreto de confesión mediante, parece tener conocimiento. Cuando todos ellos comiencen a pagar el daño provocado a Dante (un Dante confuso y tembloroso), la agente Roca (Viviana Saccone) no dejará de señalarlo a él como el principal sospechoso de un baño de sangre.

Con actuaciones magistrales (especialmente la de Luis Machín, superior a toda ponderación), una ambientación siniestra y un ritmo vertiginosamente confuso, Necrofobia es un orgullo para el cine nacional.

Después de un paso breve por las salas de cine, Necrofobia ya se consigue en DVD en formato 2D y 3D. Vale la pena que la tengan. Se trata de una de esas películas que, una vez terminadas, uno tiene el deseo de volver a verlas aun antes de que los créditos terminen su recorrido por la pantalla. Y no sólo eso, la revisión de Necrofobia no sólo es rica en términos argumentales, sino que es una experiencia completamente nueva. En efecto, se supone que después de ver por segunda vez una película muchas de las preguntas generadas en la primera aproximación son respondidas. Si bien esto ocurre con Necrofobia, también es cierto que surgen nuevas preguntas, introduciéndonos a nosotros mismos, los espectadores, en una espiral de dudas y certezas que se parecerá, en algún punto, a ese infierno que el mismo personaje de Dante (cuyo nombre nos remite a esos nueve círculos infernales) experimenta.

Como toda conclusión, entonces, aplaudo. Y lo hago de pie.




Ficha técnica:
Título original: Necrofobia
Año: 2014
Duración: 78 min.
País: Argentina
Director: Daniel de la Vega
Guión: Nicanor Loreti, Germán Val, Daniel de la Vega
Música: Claudio Simonetti
Fotografía: Mariano Suarez
Reparto: Luis Machín, Gerardo Romano, Raúl Taibo, Viviana Saccone, Julieta Cardinali, Hugo Aztar
Productora: Del Toro Cine / Furia Films


6 de noviembre de 2014

DISTANCIA DE RESCATE, de Samanta Schweblin




No sabemos dónde estamos ni hacia dónde nos dirigimos. Avanzamos en la lectura tanteando, seguros de que hay algo importante, aunque no alcanzamos a dilucidar qué es. No importa. Al menos no por ahora. La narradora, Amanda, tampoco sabe, por eso necesita de la ayuda de David, el hijo de la vecina, para que la guíe en un viaje que es vital y discursivo. De esta manera, en un diálogo a oscuras, Amanda va reconstruyendo sus últimos cuatro días, desde que llegó a ese pueblito perdido en medio del campo con la intención de pasar unas vacaciones distintas junto a su hija Nina. Recuerda cómo conoció a Carla, su vecina, y a David, un chico raro, con manchas en la piel y un comportamiento extravagante, incluso perturbador. Y así, en ese ir para atrás que no es otra cosa que ir para adelante con el fin de descubrir lo importante, Amanda recuerda, hace memoria, espera dar con aquello que pueda salvarle la vida a ella y a su hija. O no…

            Distancia de rescate es el nuevo libro de Samanta Schweblin, una nouvelle que logra combinar el registro psicológico con la denuncia social y el relato fantástico, todo inmerso en un ambiente extraño, siniestro. La maestría de Samanta se desarrolla justamente en esta línea, logrando crear una atmósfera desesperante (casi, podríamos decir, irrespirable) con un número limitado de elementos cotidianos y en apariencia banales. Lo monstruoso, lo trágico y lo irremediable está en lo trivial, en lo común de todos los días. Unas simples vacaciones en una casa de campo se convierten en una pesadilla que pone a prueba la tolerancia del lector. La muerte (o incluso algo peor) está al acecho, y la voluntad de las personas no puede hacer mucho para mantenerla lejos.

Después de dos excelentes libros de cuentos (El núcleo del disturbio y Pájaros en la boca), con Distancia de rescate Samanta nos ofrece una historia un poco más larga, por lo que tenemos la oportunidad de explorar otra faceta de ella. Es el talento que ya le conocemos, pero desplegado.

Háganse un momento y lean esta novela. Después de hacerlo, van a ver cómo elegir el lugar de sus próximas vacaciones se va a convertir en algo de vital importancia. Eso sí, el campo queda descartado.




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Samanta Schweblin
(Buenos Aires, 1978) es egresada de la carrera de Imagen y Sonido de la UBA, donde se especializó en el área de guión cinematográfico. Su primer libro de cuentos, El núcleo del disturbio, obtuvo el premio del Fondo Nacional de las Artes 2001 y el premio nacional Haroldo Conti. Muchos de sus cuentos fueron editados en revistas y antologías latinoamericanas y extranjeras, y ya han sido traducidos al inglés, al francés, al alemán, al sueco y al serbio. Pájaros en la boca, su segundo libro, obtuvo el premio Casa de las Américas.



- Schweblin, Samanta, Distancia de rescate, Buenos Aires, Literatura Random House, 2014.



1 de noviembre de 2014

EL FANTASMA DEL ROSARIO, de Marisa Vicentini




«¡Oh Gertrudis, Gertrudis!, cuando vienen las desdichas, no vienen como exploradores aislados, sino en legiones», le hace decir Shakespeare al personaje del Rey en Hamlet (Acto IV, Escena V), pero esta frase bien podría haberla dicho Micaela Dupuis, la protagonista de El fantasma del rosario, la primera novela publicada de Marisa Vicentini. En efecto, Micaela es una mujer que no la está pasando muy bien: su madre falleció por causa de una enfermedad que, tratada, podría haberse sobrellevado; su padre muere en un inexplicable accidente justo cuando, después de una vida de ausencias, regresa para iniciar una relación; y, lo peor de todo, su hijo muere también en ese mismo accidente. Todos, absolutamente todos, desaparecen del entorno de Micaela, dejándola sola y encerrada en sí misma, obligada (por una obstinada existencia que, incluso a pesar de su propia voluntad, se niega a cesar) a hacerle frente a una vida que, para ella, ya no tiene ningún valor. Por esto mismo, enterarse de que su padre, apenas un desconocido, le había dejado una fortuna, un auto de colección y una mansión en la ciudad de Vista Hermosa no significa nada para ella. Hacerse cargo de su herencia, mudarse a la nueva casa y comenzar con esta nueva vida es, para Micaela, más una impulso apático que una motivación personal.

            Pero esta historia recién empieza. Si hay algo que tiene la vida (y la literatura es un fiel reflejo de eso) es que no importa qué tan mal nos esté yendo, siempre las cosas se pueden poner peor. Y, para Micaela, se ponen peor. Mucho peor. En la nueva casa, las circunstancias no son muy normales que digamos. Su vecino parece un loco, por la noche se escuchan ruidos extraños, como de portazos (aunque las puertas no se muevan), y, lo que es todavía más extraño, un rosario parece tener vida propia: aparece y desaparece, cambia de lugar, escogiendo un hueco en la escalera como su escondite preferido. Al principio, Micaela no hará más que ignorar todas estas manifestaciones, pero cuando las circunstancias empeoren (sí sí, siguen empeorando) deberá enfrentarlas. Con la ayuda de Axel, su ex novio que la había abandonado después de dejarla embarazada y que ahora vuelve con la intención de acompañarla, Micaela se propondrá descubrir qué hay detrás de lo extraño que la rodea. Y eventualmente descubrirá que detrás de las apariencias se esconde la maldad. Detrás de la vida, la muerte. Y con la muerte, los muertos.

El fantasma del rosario es una novela de fantasmas, posesiones, intriga y amor. Fundamentalmente de esto, de amor. No porque haya una historia romántica (que de algún modo la hay), sino porque somos testigos de la influencia que el amor ejerce sobre las personas. En cierta forma, Marisa Vicentini nos muestra cómo el amor es, al mismo tiempo, la mayor bendición y la peor de las maldiciones. Nos puede dar una razón para vivir de la misma forma que (con su ausencia) nos puede llevar al extremo de abandonar la vida aun antes de morir. Y esto es, justamente, lo que le pasa a Micaela y, por extensión, a nosotros  mismos, los lectores. A lo largo de la novela no nos mantendremos como testigos impávidos de las desventuras de Micaela, sino que sufriremos con ella hasta el punto de sentirnos sus compañeros, una débil compensación a sus desventuras.

Una buena novela de terror, con una ambientación interesante y una historia que logra mantenernos a la expectativa. Una opción pertinente para recordarnos que, en Argentina, también se escriben estas historias.




***
Sobre la autora: Marisa Vicentini nació en 1971 y durante gran parte de su niñez vivió en Canadá. Luego, cuando volvió a Argentina, se radicó en Buenos Aires y estudió Turismo, trabajando en empresas del rubro. Si bien su gusto por la lectura la acompañó durante toda su vida, su afición por la escritura le llegó durante una licencia por maternidad. El fantasma del rosario, su primera novela publicada, fue también seleccionada en 2011para participar de la Clínica de Novela dictada en el Centro Cultural Ricardo Rojas, a cargo de Matías Serra Bradford.



- Vicentini, Marisa. El fantasma del rosario. Buenos Aires, Muerde Muertos, 2014.



27 de octubre de 2014

ANNABELLE: un intento de precuela





            Un matrimonio joven, una mujer embarazada, asesinatos envueltos en un manto de satanismo, una muñeca… Todo esto forma parte del punto de partida de la película Annabelle, una especie de precuela de la exitosa El conjuro, dirigida por James Wan y estrenada en 2013. Digo “una especie” porque la designación es forzada y, yo diría, claramente comercial. Lo único que funciona como hilo conductor de ambas historias (más allá de alguna que otra alusión destinada al espectador atento) es la muñeca. Por lo demás, Annabelle está lejos de esos rompecabezas de sentido a los que nos tiene acostumbrados James Wan y que pudimos disfrutar en la saga de El juego del miedo (Saw) y en las dos entregas de La noche del demonio (Insidious). El caso de Annabelle bien podría pertenecer al de cualquier otra película de muñecos malditos.

            Hecha esta aclaración, es justo decir que la película es entretenida, aunque predecible y un tanto contradictoria. En su afán de asustar, cae en errores de argumento que pueden llegar a ser enervantes para el espectador exigente. Incluso, la intención de dejar un final abierto que abra el camino hacia su supuesta continuación no hace más que desestimar la resolución misma de la película. Por otra parte, el mostrarse como precuela de El conjuro no hace más que jugarle en contra: ante una comparación entre ambas películas, Annabelle sin lugar a dudas sale perdiendo. Muchas veces da la sensación de que Annabelle falla justamente donde triunfaba El conjuro: la credibilidad de los personajes, la empatía que se establece con el espectador y la ilusión de estar viendo una historia “verdadera”.

            Me abstengo de recomendarla. Aquellos que vayan a verla disfrutarán de una película que brinda un momento de distracción y puede producir algún que otro salto en la butaca, pero si me preguntan a mí, yo dejaría de lado este tipo de precuelas y esperaría una continuación de El conjuro. Con un poco de suerte, la dirigirá James Wan y la protagonizará el matrimonio Warren. Hay que tener esperanzas.




Ficha técnica:
Título original: Annabelle
Año: 2014
Duración: 98 min.
País: Estados Unidos
Director: John R. Leonetti
Guión: Gary Dauberman
Música: Joseph Bishara
Fotografía: James Kniest
Reparto: Annabelle Wallis, Ward Horton, Alfre Woodard, Eric Ladin, Gabriel Bateman
Productora: Warner Bros. Pictures / Evergreen Media Group


- Podés leer la reseña de El conjuro haciendo click acá.



25 de octubre de 2014

LÍBRANOS DEL MAL: entre los tiros y las cruces





            El sargento Ralph Sarchie (Eric Bana) ama su trabajo, aunque diariamente lo aleje de su familia y lo ponga en contacto con la parte más oscura del ser humano. Para él, encontrar un bebé en un contenedor y tenerle que efectuar (en vano) respiración boca a boca forma parte de la jornada laboral. Robos, golpizas, violaciones, asesinatos… nada de esto parece sorprenderlo, porque nada de esto es sorprendente. Todo forma parte del lado oscuro del ser humano, que, aunque detestable, no tiene nada de extraordinario. Pero sus convicciones cambiarán cuando, junto a su compañero, decide atender un llamado por un caso de violencia familiar. A partir de entonces, se enfrentará a algo más que a la maldad humana, se tendrá que ver con la verdadera maldad. Pero no estará solo, contará con la ayuda de Joe Mendoza (Edgar Ramírez), un sacerdote jesuita experto en exorcismos que lo acompañará en los intrincados caminos del mal.

            Líbranos del mal (Deliver Us From Evil) es una película que combina la temática de exorcismos con el thriller policial. Tal vez por esto recibió tantas críticas negativas en tantos medios especializados. Al parecer, muchos esperaban encontrarse con una nueva entrega del tipo “demonio vs. chica indefensa, con la participación del cura exorcista”, que venimos viendo desde 1973 con El exorcista de William Friedkin. Pero no. Líbranos del mal es otra cosa, y creo que, en vez de jugarle en contra, le juega a favor. Los elementos religiosos no están ausentes, como la medalla de San Benito y las oraciones que con ella se relacionan (y que suelen utilizarse en exorcismos reales), pero permanecen subordinados a la trama y al suspenso. Además, y esto no es poco para una película de Hollywood, los personajes reflexionan sobre cuestiones interesantes, como el origen y la naturaleza del mal, dando a su vez un paso más, preguntándose por el origen y la naturaleza del bien (que aunque parezca mentira se suele dejar de lado).

            En conclusión, la película está buena. Lejos de lo que estamos acostumbrados a ver en materia de exorcismos, Líbranos del mal nos da una historia con ritmo policial que entretiene y que, además, hace pensar (para aquel que quiera hacerlo). ¿Qué más le podemos pedir?




Ficha técnica:
Título original: Deliver Us From Evil
Año: 2014
Duración: 118 min.
País: Estados Unidos
Director: Scott Derrickson
Guión: Paul Harris Boardman, Scott Derrickson (Libro: Ralph Sarchie, Lisa Collier Cool)
Reparto: Eric Bana, Edgar Ramírez, Olivia Munn, Joel McHale, Sean Harris
Productora: Columbia Pictures / Jerry Bruckheimer Films / Screen Gems


19 de octubre de 2014

NOS4A2, de Joe Hill




Recientemente salió a la venta en Argentina NOS4A2 de Joe Hill, una extensa novela de terror fantástico que sin lugar a dudas termina de confirmar, tal vez por segunda vez ya, el lugar de preeminencia que este autor ocupa entre los escritores de terror del siglo XXI. Dicen que ningún genio tiene hijos genios, y aunque no me gusta abusar de la palabra “genio”, sí es cierto que en este caso podemos estar ante una de esas excepciones que suelen confirmar las reglas más absolutas: un gran escritor que tuvo un hijo que, tal y como viene la mano, va en camino a convertirse en un gran escritor. Es que, como ya se dijo hasta el cansancio, Joe Hill es ni más ni menos que Joseph Hillstrom King, el segundo hijo del escritor más importante del género de terror de estos últimos cincuenta (¿cien?) años: Stephen King.

            Como acabo de decir, la relación filial entre Joe Hill y Stephen King hace tiempo que dejó de ser noticia, por lo que no vale la pena detenerse mucho en ella. Basta decir que dicho vínculo carece de relevancia (o por lo menos de una relevancia estricta), Joe Hill tiene todo lo que hace falta para construir su propio camino y despegarse de esa incómoda etiqueta de “el hijo de…”. Con su primer libro, Fantasmas (20th Century Ghosts, 2005), una compilación de cuentos que, aunque de una primer edición limitada, dejó en claro que estábamos ante un escritor con energía y recursos propios, Hill asomó su cabeza en el mundo literario, ganando premios prestigiosos como el Bram Stoker Award y recogiendo elogios en distintos medios. Luego llegaron sus novelas: El traje del muerto (Heart-Shaped Box, 2007), que demostró que también podía desenvolverse con historias más extensas, Cuernos (Horns, 2010), que lo ratificó como escritor de calidad con una historia que mezcla lo fantástico, lo maravilloso y lo psicológico, y la actual NOS4A2 (2013), de la que hablaré a continuación.



- NOS4A2: la tercera novela de Joe Hill



            Victoria McQueen es una nena que tiene un poder especial: con su imaginación puede materializar un puente que la conduce hacia lo que fuera que ella quiera encontrar. Cuando algo se pierde, la pulsera de su madre por ejemplo, ella no tiene más que subirse a su bicicleta y cruzar ese puente imaginario (y real) para desembocar en el lugar exacto en que se encuentra aquello que se ha perdido, sin importar si la separan de ese lugar apenas unos metros o, por el contrario, cientos de kilómetros. Pero las cosas no siempre van bien, como lo descubre Victoria un día en que, tras discutir con su madre, se propone encontrar problemas. Y los encuentra, por supuesto. Ese día conoce a Charles Manx.

            Charles Talent Manx es un anciano que tiene el mismo poder que Victoria, sólo que en vez de crear un puente con su imaginación, desarrolló una ciudad entera, Christmasland, donde todos los días son Navidad y todas las noches, Nochebuena. Para acceder a Christmasland, Manx necesita de su auto (de la misma manera que Vic de su bicicleta), un Rolls-Royce modelo Espectro de 1938 con la matrícula NOS4A2, un juego de palabras que en inglés se pronuncia Nosferatu y que remite a la mítica película de Friedrich Wilhelm Murnau (primera adaptación fílmica de Drácula, estrenada en 1922). El juego de palabras no es una simple coincidencia. A su modo, Charles Manx es un vampiro, que secuestra a niños y los lleva a aquella ciudad detenida en el tiempo, donde se convertirán en seres fríos (ni vivos ni muertos) y pasarán la eternidad siendo niños, jugando a (crueles) juegos de niños y viviendo constantemente en Navidad. Y esto, para Manx, supone la juventud y la felicidad eternas: cada viaje a Christmasland, cada chico que lleva a allí, lo rejuvenece, lo mantiene vivo.

            Victoria, entonces, cruza el puente y llega a la casa de Manx. De ese encuentro entre ambos nadie sale airoso: Manx termina preso y Victoria, loca. Pero esto no es más que el principio. Victoria crece y ella misma se convierte en madre, repitiendo mucho de los errores de sus padres y agregando a la lista otros de su propia cosecha. Por su parte, Manx entra en un coma del que sólo saldrá una década más tarde, cuando muera. Claro, eso no es algo que pueda afectar a un tipo como Manx, por lo que pronto volverá a la ruta para buscar venganza. Con la ayuda de Bing Partridge, su asistente (algo así como un Renfield idiota), Manx intentará llevar a un niño más a Christmasland, pero no a cualquier niño: a Wayne, el hijo de Victoria. Pero insisto, esto no es más que el comienzo. Ahora con una moto Triumph (los tiempos de la bicicleta quedaron atrás), Victoria irá en busca de Charles Talent Manx, aunque eso signifique viajar hasta el corazón mismo de Christmasland.



- NOS4A2: la mejor novela de Joe Hill

            NOS4A2 es, sin lugar a dudas, la mejor novela de Joe Hill, al menos hasta el momento. Con un estilo sólido y un argumento entretenido, Hill nos mantiene pegados al libro por más de 700 páginas. Una vez que se metan en el mundo de NOS4A2 no sólo no van a poder salir, sino que, de poder, no querrán hacerlo.

            Muchos dirán, algunos como crítica y otros como elogio, que el estilo de Hill es muy similar al de su padre. Los que digan esto no estarán equivocados, ya que, efectivamente, más de una vez reconoceremos recursos y expresiones de King. Sin embargo, para mí esto no representa ni un elogio ni una crítica, sino un hecho concreto y comprobable, que no sólo incluye a la escritura de Hill, sino a la de muchos otros escritores a lo largo y ancho del planeta. Stephen King es uno de los escritores más influyentes de nuestra época y, probablemente, el escritor que más escritores parió (aun sin ser consciente de ello). Yo mismo debo la decisión de convertirme en escritor al encuentro que, a los 15 años, tuve con el maestro del horror. Si King pudo inspirar e influenciar a tantos escritores en todo el mundo, por qué objetar la influencia que ejerció sobre su propio hijo.



- El mal, esa cuestión complicada

            Es interesante la forma en que Joe Hill nos pone en lugares incómodos. En el caso de NOS4A2, podemos ver una idea compleja del mal. Estamos acostumbrados (gran parte del cine y de la literatura es responsable de esto) a los lugares seguros y fácilmente reconocibles. Los buenos son los buenos y los malos, los malos. Pero en NOS4A2 la cosa no es tan sencilla. Charles Manx es malo, pero un malo que no es del todo consciente de su maldad:


Con aquel gesto Vic lo comprendió todo. Todo lo que Manx les había hecho a aquellos niños hasta convertirlos en lo que eran obedecía a un impulso por mantenerlos a salvo, por evitar que el mundo les atropellara. Estaba convencido de hacer lo correcto. Aunque lo mismo les ocurría a todos los monstruos, supuso Vic.[1]


            Incluso, el mismo Manx afirma: “Puedo ser feliz y encontrarme bien únicamente logrando que otros sean felices y se encuentren bien” (p. 516). ¿Estas son palabras de un ser malvado? Sí, en NOS4A2 sí, y esto la vuelve todavía más interesante.

            Como ya habíamos visto en Cuernos, los malos no son siempre los que parecen malos ni los buenos los que parecen buenos. No obstante, en NOS4A2, Joe Hill complica todavía más la cuestión: a veces, los malos y los buenos nos son muy distintos. A veces, los malos y los buenos no son enteramente malos y buenos. Vic no sólo no es una buena hija ni una buena pareja, sino que ni siquiera es una buena madre: mantiene a su hijo en un abandono emocional constante y sólo parece preocuparse (realmente) por él cuando Charles Manx entra en escena. Claro, eso no le impedirá arriesgar su vida para protegerlo. Asimismo, Vic es capaz de hacerles cosas a los chicos de Manx que ni el mismo Manx le haría a ningún chico. Pero Vic es la buena, y Manx, el malo.



- Conclusión

            Joe Hill logró, en NOS4A2, una novela entretenida, compleja y de gran calidad. Sus personajes están destinados a quedarse en nuestros pensamientos por una temporada, incluso después de haber terminado el libro. Y ni hablar de Charles Talent Manx, un villano que, sin lugar a dudas, va a quedar en la historia literaria de los villanos.

            Por último, y para los fanáticos de Stephen King, Hill no ahorra intertextualidades. Así, nos asombraremos al escuchar el nombre de Pennywise o la referencia al Nudo Verdadero, entre otras alusiones a la obra de su padre. Como dije en un principio, la relación filial entre Hill y Stephen King no es estrictamente relevante, pero la relación artística que ambos entablan sí lo es. No sólo Hill trabaja con personajes y elementos de la obra de King, sino que éste, también, alude a la obra de su hijo, generándose así un cruce intertextual sumamente interesante. Por ejemplo, en Doctor Sueño, secuela de El resplandor, King pone en boca de Dick Hallorann el nombre de, ni más ni menos, Charlie Manx. Dice Dick, que decía su abuelo, Andy Hallorann:


–A veces decía que conocía a un hombre malvado que se llamaba Charlie Manx, y que si no le obedecía, llamaría a ese individuo, que vendría con su coche de lujo y me llevaría a un sitio para niños malos.[2]


Un resumen perfecto del protagonista malvado de NOS4A2. De esta manera, podemos ver cómo padre e hijo se aluden mutuamente en sus trabajos, lo que, por un lado, promete nuevos e interesantes cruces en el futuro y, por el otro, posiciona a Joe Hill en el lugar de heredero del reino literario de terror. ¿Quién si no el rey puede designar a su sucesor?

            En fin, como ya quedó claro, no tengo ningún reparo en recomendar esta novela. Lo digo con toda seguridad: léanla, no se van a arrepentir. Después me cuentan.





***
Sobre el autor: Joe Hill nació en 1972 como Joseph Hillstrom King. Es el segundo hijo de Stephen y Tabitha King. Hill decidió utilizar su nombre abreviado con el fin de no recibir ningún tipo de ventaja por ser el hijo de Stephen King y labrarse así su propio camino. Después de lograr un grado de éxito independiente, en 2007 reveló públicamente su identidad. Joe Hill es el último destinatario de las becas de la Comunidad Ray Bradbury. También ha recibido los premios William L. Crawford al mejor nuevo escritor de fantasía en 2006, A. E. Coppard Long Fiction Prize en 1999 por "Mejor que el hogar" (“Better Than Home”) y el 2006 World Fantasy Award por Mejor Novela por Compromiso Voluntario (Voluntary Committal). El primer libro de Hill, la edición limitada Colección fantasmas del siglo 20 (20th Century Ghosts), publicado en 2005, ganó el premio Bram Stoker Award para la Mejor Colección de Ficción (Best Fiction Collection), junto con el Premio Británico de Fantasía (British Fantasy Award) por la Mejor Colección (Best Collection) y por Mejor Historia Corta (Best Short Story) por "Lo Mejor del Nuevo Horror" (“Best New Horror”). Además, el 23 de septiembre de 2007, en la 31a. Conveción Fantasycon, la Sociedad Británica de Fantasía (British Fantasy Society) adjudicó a Hill el primer premio Sydney J. Bounds Best Newcomer Award.


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[1] Hill, Joe. NOS4A2. Buenos Aires, Suma de letras, 2014, p. 665. A continuación, las citas se harán según esta edición.
[2] King, Stephen. Doctor Sueño. Buenos Aires, Plaza & Janés, 2013, p. 25.


1 de octubre de 2014

EN EL AULA (audio)



          Amigos, les paso algo para escuchar: la adaptación de mi cuento "En el aula" que hicieron los alumnos Anabel Agüero, Nicolás Farías, Liliana Giménez, Matías Lafalce y Lucho Ledesma para el taller de radio de la carrera Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad de La Matanza (UNLaM).

          A mí me gustó mucho.





3 de agosto de 2014

OCULUS: una forma distinta de narrar





Hoy por hoy, ya no tiene sentido decir que en la mayoría de los casos, en cine como en literatura, no importa tanto la historia que se cuenta, sino el modo en que se la cuenta. Afirmar esto sería incurrir en esa vieja cuestión de la forma y el contenido, que ya se superó, se volvió a abordar y se siguió superando hasta advertir que, de una forma u otra, siempre ha estado ahí. Sin pretender avivar viejas rencillas, me gustaría hablar de la película Oculus (2013), en este momento en cartelera, teniendo en cuenta esta doble cuestión.

La historia de Oculus no es demasiado original: los miembros de una familia (compuesta por Alan Russell, el padre, Marie, la madre, y sus dos hijos, Kaylie y Tim) se mudan a una nueva casa y, en su deseo de cambio, deciden renovar su mobiliario, dándole especial atención a la adquisición de antigüedades. Es así como consiguen un espejo antiguo, cuyo marco se encuentra tallado en un pedazo de cedro negro de Baviera y que ha pertenecido a la familia real escocesa. Una vez que el espejo es ubicado en la habitación que funciona como oficina de Alan, las cosas empiezan a cambiar. Marie y el mismo Alan comienzan a comportarse de forma extraña, desinteresándose de sus hijos y de sí mismos, hasta el punto de dejar de comer. Además, tanto Kaylie como Tim ven, de vez en cuando, a una mujer que comparte el tiempo con su padre y que parece vivir en su oficina. Todo irá de mal en peor hasta el punto de que los chicos serán testigos de cómo sus progenitores se convierten en una verdadera amenaza.

Pero hasta acá sólo mencioné una parte de la historia, la parte que se refiere al pasado y que, de alguna manera, ya está concluida. La historia «actual» tiene como protagonistas a Kaylie y a Tim, años después, cuando ya son grandes. En esta parte, Kaylie decide recuperar el antiguo espejo de sus padres para matar a aquello que habita en él y que ha arruinado a su familia. Para eso lo lleva a su hermano Tim a la casa de su infancia y, juntos, se encierran con el único fin de terminar con la pesadilla. Lo que Kaylie no sabía, ni podía saber, era que la pesadilla no haría más que comenzar (una vez más).




La película está muy buena, incluso (y principalmente) por el modo en que es narrada la historia. Las dos partes mencionadas, y que corresponden a dos momentos temporales distintos, no están unidas con el ya conocido recurso del presente narrativo más la intromisión de flashbacks. No, en este caso los dos momentos se encuentran entrelazados en un presente continuo que los une, armoniza e integra. Por esto mismo, nos vemos obligados a seguir las dos historias al mismo tiempo, en un laberinto temporal que logra mantener en vilo al espectador.

Repitiendo la hipótesis inicial, diré que generalmente no importa tanto lo que se cuenta, sino el modo en que se lo cuenta. Que se haya escogido una forma novedosa para narrar cinematográficamente una historia es altamente valorable. Vivimos en una época que va sobre lo seguro, con fórmulas establecidas que proporcionan el máximo de seguridad en las posibilidades de éxito de un producto. Por esto, la invasión de remakes, la insistencia en secuelas que ya no tienen nada que aportar y la resurrección de cuanto superhéroe habitó alguna vez la página de alguna historieta. No tengo nada en contra de la percepción del arte como producto (de hecho, considero que lo es), pero me molesta cuando sólo se busca vender y no se atiende a la calidad de lo que se ofrece. Lo que plantea Mike Flanagan, el director de Oculus, es arriesgado, ya que de seguro más de un espectador, perdido entre las líneas temporales, se va a quejar y optará por desestimar la película. Mejor así. Siempre es preferible una mala opinión por la incomprensión de un público corto de miras que por la mediocridad misma de la película.

Lejos de la mediocridad, Oculus se arriesga con una forma distinta de narrar. La recomiendo.


Ficha técnica:
Título original: Oculus
Año: 2013
Duración: 105 min.
País: Estados Unidos
Director: Mike Flanagan
Guión: Mike Flanagan, Jeff Howard
Música: The Newton Brothers
Reparto: Karen Gillan, Brenton Thwaites, Katee Sackhoff, Rory Cochrane, Annalise Basso, Garrett Ryan Ewald
Productora: Intrepid Pictures / Blumhouse Productions / WWE Studios



31 de julio de 2014

EL JINETE SIN CABEZA: la historia delante del fantasma




            El destino de algunas obras literarias es tan misterioso como el de algunas personas, o incluso más. Muchas veces nos es imposible determinar por qué algunas obras (muy buenas) caen en el olvido, mientras que otras (indiscutiblemente malas) permanecen impertérritas ante los vaivenes de la historia y las críticas de los especialistas. En este caso en particular, me gustaría hablar sobre una novela (nouvelle, sería más exacto decir) que siempre despertó en mí una serie de preguntas que todavía hoy intento responder: se trata de La leyenda de Sleepy Hollow del escritor norteamericano Washington Irving, más conocida en castellano como El jinete sin cabeza.

            La leyenda de Sleepy Hollow cuenta la historia de Ichabod Crane, un maestro de escuela que viaja desde su ciudad natal, Connecticut, hasta un pueblito rural, aislado y alejado, llamado por sus características "somnolientas" Sleepy Hollow ("valle adormecido"), donde se establece y enseña. Como en todo pueblo (incluso, según el narrador, más que en otros pueblos), en Sleepy Hollow abundan las historias y las supersticiones, que son transmitidas y endulzadas por la imaginación popular. Entre esas historias, la principal es la de un jinete sin cabeza, que según algunos "es el fantasma de un soldado cuya cabeza fue arrancada por un cañonazo, en alguna batalla sin nombre durante la Guerra de la Independencia, y desde entonces se lo ve galopar, veloz como el viento, siempre en las tinieblas de la noche (...) en busca de su cabeza"[1]. De cualquier manera, el pueblo entero se encuentra inmerso en un aura de superstición que lo mantiene ajeno al curso de la historia y al avance de una civilización cada vez más cientificista e industrializada.

Cortometraje de Disney (1949)
            El protagonista de esta historia es, entonces, Ichabod Crane, una persona que, como su apellido lo indica, se parece físicamente a una cigüeña y que a pesar de ser un hombre de ciudad comparte con los habitantes de Sleepy Hollow un carácter supersticioso y una inclinación por los chismes, características éstas que van acompañadas por un férreo interés por lo material, tanto por el dinero como por las posesiones. Por eso, cuando conoce a Katrina Van Tassel, la hija del hacendado más rico del lugar, no puede más que enamorarse, inmerso en una conjunción de sentimientos en la que la belleza de Katrina apenas importa al lado de la fortuna de su padre. Así empiezan los intentos de Ichabod por conquistar a Katrina, intentos que chocarán a su vez con las intenciones de Brom Bones, el joven más popular del pueblo, prácticamente la antítesis de Ichabod: corpulento, rústico, con un sentido del humor salvaje. Finalmente, todo termina cuando, después de una fiesta en casa de los Van Tassel, Ichabod es presuntamente rechazado por Katrina y en el camino de regreso a su morada tiene un encuentro aterrador con el jinete sin cabeza, quien lo persigue en su recorrido y le arroja un zapallo por la cabeza. Después de eso, nadie volvió a ver al maestro en Sleepy Hollow o en sus inmediaciones, dándose así origen a una nueva leyenda: la de Ichabod Crane, de quien se dice que fue secuestrado por el jinete sin cabeza. Claro, no falta la versión contraria, que afirma que se mudó a Nueva York e hizo carrera como funcionario público, pero de más está decir que, entre la gente del pueblo, prevaleció la versión del secuestro.

            Éste es el argumento de la famosa historia de El jinete sin cabeza. La novela no lo dice explícitamente, pero da los datos suficientes como para que el lector suponga, sin miedo a equivocarse, que la aparición del jinete a Ichabod no fue más que una de las bromas pesadas de Brom Bones, que quería deshacerse de su rival en la conquista de Katrina. Las razones por las cuales una novela de carácter cómico, incluso paródico, pasó a la historia como un relato de terror son, como mínimo, interesantes. A continuación, trataré de reflexionar en torno a esta cuestión.

            Empecemos por el título, el original, La leyenda de Sleepy Hollow. Como puede verse, este título es mucho más significativo que la traducción castellana de El jinete sin cabeza. Fundamentalmente, el original es mucho más amplio. Mientras que la traducción circunscribe la leyenda a la del jinete decapitado, el título original permite abrir el abanico a otras posibilidades, como la de que la "leyenda de Sleepy Hollow", la verdadera leyenda, no sea la del jinete sino la de Ichabod Crane. Después de todo, ¿la historia que se narra en la novela no es, acaso, la historia de Ichabod, mientras que el jinete no es más que una sombra que se pasea por detrás de los decorados?

Film de Tim Burton (1999)
            Pero, seamos honestos, un título como La leyenda de Sleepy Hollow no está a la altura de un público tan sofisticado como el de habla hispana. Pasa a menudo con las traducciones de títulos de películas y de libros. Al parecer, lo que sirve en el norte anglosajón no satisface al sector hispanohablante. Así, vemos transformarse Bloodsport en El gran dragón blanco (ese clásico de las artes marciales protagonizado por Jean Claude Van Damme) o, para volver al género que nos es más afín, Saw en El juego del miedo. Aterrorizada por los títulos cortos, la industria editorial y cinematográfica de habla hispana intenta siempre decir más, por lo que termina siempre acotando la significación de lo que dice.

            El caso de La leyenda de Sleepy Hollow es interesante. La intención de modificar el título por el de El jinete sin cabeza responde claramente al deseo de volver de terror una historia que no lo es. No hay manera de ver la novelita de Irving como una historia de terror. Por esto mismo, la adaptación cinematográfica más fiel de esta historia está dirigida a los niños y la llevó a cabo Walt Disney en 1949. Por otra parte, cuando se la quiso llevar al cine como una película de terror, como lo hizo Tim Burton en 1999, se tuvo que modificar tanto el argumento que, en esencia, poco tiene que ver con el original de Irving.

            Y sin embargo, El jinete sin cabeza quedó en el ideario de las personas como una historia de terror. Incluso, en las escuelas generalmente se la incluye dentro de la unidad de "Historias de horror", lo que, en mi opinión, no deja de ser un despropósito sumamente dañino. El esfuerzo (mentiroso) que se hace para atraer a los lectores termina por decepcionarlos, ya que no encuentran en el libro la historia que fueron a buscar y que, lo que es más grave, les prometieron.

            La leyenda de Sleepy Hollow es una gran novela. La pluma de Washington Irving es exquisita; la historia que narra, amena e hilarante. No hace falta vestir una joya de la literatura universal con ropas ajenas. Esta novela tiene todo lo que hace falta para seguir siendo un clásico, sin que se intente convertirla en lo que no es.

            La leyenda de Sleepy Hollow fue publicada originalmente en 1819 en El cuaderno de apuntes de Geoffrey Crayon, como un relato más entre otros. Con énfasis, recomiendo su lectura. Déjense llevar sin ideas previas y disfrutarán más de lo que se imaginan. Se los aseguro.



***
Sobre el autor: Washington Irving nació en Nueva York en 1783. Hijo menor de once hermanos, fue llamado Washington en homenaje a George Washington, el primer presidente norteamericano. Con un estilo costumbrista, es uno de los primeros autores norteamericanos en utilizar la literatura para caricaturizar la realidad y hacer reír a los lectores. Además, también es considerado el primer escritor norteamericano que logró vivir básicamente de su actividad literaria. Entre sus libros más conocidos se encuentran El cuaderno de apuntes de Geoffrey Crayon (1819) y Cuentos de la Alhambra (1832). Murió en 1859 y fue enterrado en el cementerio de la antigua iglesia holandesa de Sleepy Hollow.




[1] Irving, Washington, El jinete sin cabeza, Buenos Aires, Estrada, 2012, p. 17.



21 de julio de 2014

NOTHING LEFT TO FEAR: cuando el mal se hace presente






            Un pastor llega con su familia a un pequeño pueblo con el fin de reemplazar al antiguo pastor. Todo parece perfecto, la nueva casa, los nuevos vecinos, la nueva vida… Pero como nada es lo que parece (y mucho menos en una película de terror), las cosas empiezan a tomar un rumbo extraño: una de las hijas del pastor empieza a enfermarse, mientras que la otra conoce a un chico misterioso que se ofrece como guía para mostrarle el pueblo. Antes de que puedan percatarse de la dirección que están tomando sus vidas, los recién llegados se verán envueltos en una perversa tradición en la que la maldad en estado puro adquiere una existencia concreta.

Slash
            Hay películas que se destacan por sus actores, otras por sus directores. En el caso de Nothing Left to Fear (2013), lo que llama la atención es su productor: Slash, el ex guitarrista de la banda Guns N’ Roses. En efecto, Nothing Left to Fear es la primera película de la productora Slasher Films (cuyo nombre lo dice todo).

En balance, la película está buena. Sin ser genial, maneja bien el suspenso y la imagen. Además, nos permite reflexionar sobre algunas cuestiones en torno a la noción del “mal”: ¿cuándo se es malo?, ¿el mal tiene que ver con lo que hacen las personas o con las motivaciones que los llevan a actuar?, ¿si para impedir que la maldad se expanda tuviera que mantenerla a raya (y, por ende, satisfecha), sería malo? Éstas y otras preguntas surgen del argumento de Nothing Left to Fear. Una buena opción para una noche de tormenta.


Ficha técnica:
Título original: Nothing Left to Fear
Año: 2013
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Director: Anthony Leonardi III
Guión: Jonathan W.C. Mills
Música: Nicholas O'Toole, Slash
Reparto: Anne Heche, James Tupper, Ethan Peck, Rebekah Brandes
Productora: Anchor Bay Films / Slasher Films / Movie Package Company (MPC)



12 de julio de 2014

WAY OF THE WICKED: a mitad de camino






Way of the Wicked (en castellano El camino de los impíos, 2014) comienza con el sacerdote Henry Milotsy (Christian Slater) intentando interrogar al joven Robbie Mueller a propósito de un extraño hecho: cuando Robbie estaba en el parque con su amiga Heather, dos chicos se les acercaron y empezaron a maltratarlos; de repente, uno de los abusadores cae, ahogado, como si alguien lo hubiese ahorcado, sólo que nadie lo había tocado. La intención del sacerdote Milotsy es clara: saber si Robbie es un impío, un hijo del mal con poderes sobrenaturales. Poco es lo que el sacerdote puede averiguar, ya que la madre de Robbie lo echa de su casa antes de que el chico diera una respuesta concreta. Por su parte, Robbie y su madre se ven obligados a irse del pueblo para evitar las habladurías y el acoso de los vecinos.

            Cinco años después, Robbie (Jake Croker) vuelve hecho un adolescente conflictivo. A su vez, se encuentra nuevamente con su amiga de la infancia, Heather (Emily Tennant), y ambos descubren que su vínculo permanece, de alguna manera, intacto. El conflicto se desencadena cuando, tras la llegada de Robbie, una nueva y misteriosa muerte impacta en el pueblo. El detective John Elliot (Vinnie Jones), padre de Heather, y con la ayuda del sacerdote Milotsy, salido de la nada con el fin de asesorar en cuestiones ocultistas, intentará develar el misterio y desenmascarar a Robbie.

            Existen películas que, si bien nos resultan agradables, tienden a ser olvidadas al poco tiempo. Algo me dice que Way of the Wicked será, al menos en mi caso, una de ellas. Con un guión que no conmueve ni defrauda, apuesta todo su arsenal a la sorpresa final. El problema de esto es que su eficacia dependerá de la perspicacia del espectador: si éste logra entrever la resolución, la película le dejará un gusto amargo (admito que esto me pasó a mí); si, por el contrario, se sorprende, entonces puede que el balance sea positivo.

            En todo caso, me abstengo de dar una recomendación.


Ficha técnica:
Título original: Way of the Wicked
Año: 2014
Duración: 92 min.
País: Estados Unidos
Director: Kevin Carraway
Guión: Matthew Robert Kelly
Reparto: Vinnie Jones, Emily Tennant, Jake Croker, Christian Slater